O MUÑOZ MOLINA

TEMAS Y ESTRUCTURA

TEMAS
La obra trata temas muy actuales. Aunque al principio parece que nos encontramos ante una novela policíaca, pronto nos damos cuenta de que el autor trasciende este hecho y que tiene una fuerte intención moral, a la vez que una voluntad crítica y didáctica.
- LA VIOLENCIA se puede observar en varios planos:
  • las violaciones en serie que un chico joven lleva a cabo en noches de luna llena, marcado por una vida difícil y por unos traumas que condicionan su conducta.
  • la persecución sigilosa se realiza sobre un inspector de policía que había trabajado en el País Vasco muchos años y que es reconocido casualmente por los etarras cuando se emiten en televisión imágenes grabadas en el pueblo cuando se produce la violación y asesinato de la primera niña, Fátima.
Aunque en ambos casos se trata un grave problema, el narrador se abstiene de hacer juicios de valor, sobre todo en el segundo caso. Somos los lectores quienes tenemos que interpretar lo que muestra ante nuestros ojos.
Frente a otras novelas policíacas, en que el investigador es el protagonista, en esta se concede especial importancia a las víctimas.
-EL AMOR. Como contrapunto, en relación con el inspector, también cabe destacar una trama amorosa. Susana Grey y él son dos personajes desengañados, con tristes historias, que encuentran de nuevo el amor cuando ya no lo esperaban. También está el amor conyugal del inspector a su esposa. Se siente responsable de su enfermedad por haberla llevado al País Vasco, donde las continuas amenazas minaron gravemente su salud. Es la víctima silenciosa de la violencia política.
-EL TEMA DE ESPAÑA. Paralelamente a la vida concreta de unas personas, se transparenta la evolución histórica de nuestro país, desde la Guerra Civil hasta que la democracia ya está asentada. El pasado aparece cuando conocemos por boca de los personajes, en primera persona (Susana Grey cuenta su historia al inspector, lo que nos permite conocer la España de la transición, de los progres), o a través del narrador o de los diálogos entre personajes (el encuentro entre el padre Orduña y el inspector nos permite obtener detalles sobre la postguerra: los perdedores en la cárcel; los hijos de éstos, reeducados o reprogramados en colegios de curas, el hambre, la miseria). Una larga confesión en la iglesia nos permite conocer las actuaciones poco ejemplares del inspector en el País Vasco, el terror personal y familiar... En el presente, los problemas de la transición parecen superados, y una “progre” mantiene relaciones con un inspector de la brigada político social, sin que sus ideas sean un impedimento. Pero el ambiente gris que domina el libro, la lluvia persistente (que más parece del Norte que del Sur) nos hace pensar en la mediocridad de lo conseguido.
- LA FRUSTRACIÓN INDIVIDUAL. Los personajes principales de la obra viven un presente gris y monótono. Sus vidas los han marcado y no han querido o no han sabido dar un giro radical que les permitiese salir de una situación que les disgusta. Ninguno ha conseguido alcanzar sus expectativas. El inspector, durante años en el norte, se negó a pedir traslado a pesar del terror en que vivían su mujer y él. En lugar de esto llevó una vida desordenada y violenta. Cuando finalmente se va al Sur, los efectos que el pasado tiene sobre su mujer son ya prácticamente irreversibles.
Susana Grey llega al pueblo procedente de Madrid tras aprobar unas oposiciones de Magisterio, arrastrada por los ideales de su marido, que la abandona por otra. Centra toda su vida en su trabajo y en su hijo, que también decide irse con su padre en la adolescencia. Se queda sola y frustrada, con un trabajo que tampoco la ilusiona, pero tampoco hace nada por cambiar.
El Padre Orduña vive instalado en un pasado de cura obrero trasnochado, de educador fracasado, porque esperaba que la labor de enseñanza a la que había dedicado tanto empeño obtuviera unos frutos que no consiguió. Se empeña en que el inspector se conozca a sí mismo, reconociendo su pasado. Utilizando una frase pronunciada por Don Quijote (“Yo sé quién soy”), pretende que éste asuma su origen, su historia (pág. 121).
Lo mismo se podría decir de Ferreras, que tras el abandono de su mujer, vive en casa de su madre y tampoco ha rehecho su vida.
La luz del sol (frente al gris y la lluvia) sólo aparece en la obra cuando estos personajes deciden cambiar sus destinos y tomar decisiones que les permitirán quizá realizarse como personas.
ESTRUCTURA
   La obra se divide externamente en 33 capítulos, o secuencias, numerados. Entre ellos existen a veces relaciones. Por ejemplo, el final abrupto que tiene alguno de ellos, que se interrumpe en un momento crucial, continúa pasados algunos capítulos (el 6º continúa en el 10º; el 7º, en el 11º; el 16, en el 18; el 20, en el 22).
   En unas ocasiones, el capítulo tiene como eje central un personaje; por ej., el 8º, Susana Grey; el 12º y el 15º, el asesino. En otras, la relación entre el final de uno y el comienzo del otro es de carácter temático o continúa desarrollando la misma historia.
   En lo que respecta a la estructura interna, la obra tiene una estructura similar a la de cualquier novela:
-      Presentación de los personajes (cap. 1-12). El inspector, Susana Grey, el asesino, el padre Orduña, fundamentalmente (aunque a lo largo de la obra éstos evolucionan, y también vamos obteniendo nuevos datos de su pasado, que completan su perfil).
-      Desarrollo del conflicto (cap. 13-23): la investigación de la violación y asesinato de una niña. Cuando la obra empieza, ya se ha producido y el inspector ya ha empezado su investigación. Está obsesionado con la identificación del asesino (lo que se refleja en el motivo obsesivo de verlo en sus ojos, porque la cara es el espejo del alma y una persona que hay cometido tal vileza tiene que llevarla escrita en la cara).
Pero también se analizan y desarrollan los conflictos de varios personajes, a los que conocemos con muchos más detalles del que requeriría una novela tradicional, mediante extensas analepsis indirectas o confesiones. En particular, destaca la persecución que sufre el inspector y que nos hace temer lo peor. Aparece tarde y en pocas ocasiones. Leemos por ejemplo en el cap. 14 (pág.163), y de forma alternante con la actuación de Ferreras, fragmentos entrecomillados de alguien que está observando detalladamente la vida y costumbres de otra persona. En ningún momento se alude a ETA, pero cualquiera que viva en España sabe que la observación de la conducta de un policía que ha estado en el País Vasco sirve para informar a la banda y que ésta actúe.
-      Desenlace (Cap. 24-31). Se produce la identificación del asesino, que es encarcelado y muestra delirios místicos. Susana decide rehacer su vida y pide traslado. La mujer del inspector se recupera.
-      Hay un epílogo (cap. 31-33) en que se relata lo sucedido a comienzos de mayo. Sin embargo, la violenta actuación de ETA atentando contra el inspector nos deja en cierto modo un final abierto. Es Susana la que con su grito alerta al inspector, y esto permite que la bala mortal se desvíe y sólo resulte herido. Ahí se detiene la narración, cuando el inspector venía de casa de Susana para pedirle que no se fuera.